Considerada
como un alimento para gente de bajos recursos, la pipicha es recolectada y
consumida por los habitantes, quienes desconocen los datos nutricionales que
aporta.
Por:
Adrián E. Dolores
Chayito es una comerciante
originaria de Huaquechula, vende frutas y verduras desde hace más de treinta
años, en un pequeño puesto frente al mercado de la rotonda. Chayito cuenta que
desde su niñez iba al cerro durante el temporal para buscar entre las piedras y
los arbustos la pipicha, un quelite que vende a sus clientes y también lo ha
consumido toda su vida, asegurándonos que se puede combinar con casi toda la
comida y aporta un sabor característico que llena de sazón a sus guisados.
Recientes estudios hechos
por la UNAM concluyen que la mayoría de este tipo de quelites posee grandes
cantidades en fibra, hierro, calcio y vitaminas como B y C. En el caso de los
alaches se han descubierto que combaten las baterías relacionadas con la
gastritis, mientras que la pipicha tiene cualidades como antioxidante y
desinflamatorio.
La pipicha o pipisa es poco
valorada como alimento nutritivo, no obstante se ha consumido de manera
cultural y tradicional desde antes de la conquista; diferentes registros de
nuestra historia como el Códice Florentino, indican que ciertas culturas se
alimentaban de ello cuando la agricultura poseía deficiencias para dar comida.
Gracias a estos quelites ricos en nutrientes, permitió que muchas de estas
culturas sobrevivieran ante estas problemáticas.
El sabor de esta hierba es menos
intenso que el pápalo, cilantro, por lo general se puede comer en crudo
acompañándola en cualquier comida, mientras que otros prefieren agregarla en
una salsa o cocinarla con frijoles. Tu espíritu de estacionero para encontrar
sabores únicos y saludables no puede pasar de largo para degustar la pipicha acompañada
de una cecina atlixquense o un guacamole fresco.
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