lunes, 23 de septiembre de 2019

Pipicha: el quelite prehispánico que perdura en el valle de Atlixco.


Considerada como un alimento para gente de bajos recursos, la pipicha es recolectada y consumida por los habitantes, quienes desconocen los datos nutricionales que aporta.
Por: Adrián E. Dolores







Chayito es una comerciante originaria de Huaquechula, vende frutas y verduras desde hace más de treinta años, en un pequeño puesto frente al mercado de la rotonda. Chayito cuenta que desde su niñez iba al cerro durante el temporal para buscar entre las piedras y los arbustos la pipicha, un quelite que vende a sus clientes y también lo ha consumido toda su vida, asegurándonos que se puede combinar con casi toda la comida y aporta un sabor característico que llena de sazón a sus guisados.

Recientes estudios hechos por la UNAM concluyen que la mayoría de este tipo de quelites posee grandes cantidades en fibra, hierro, calcio y vitaminas como B y C. En el caso de los alaches se han descubierto que combaten las baterías relacionadas con la gastritis, mientras que la pipicha tiene cualidades como antioxidante y desinflamatorio.

La pipicha o pipisa es poco valorada como alimento nutritivo, no obstante se ha consumido de manera cultural y tradicional desde antes de la conquista; diferentes registros de nuestra historia como el Códice Florentino, indican que ciertas culturas se alimentaban de ello cuando la agricultura poseía deficiencias para dar comida. Gracias a estos quelites ricos en nutrientes, permitió que muchas de estas culturas sobrevivieran ante estas problemáticas.

El sabor de esta hierba es menos intenso que el pápalo, cilantro, por lo general se puede comer en crudo acompañándola en cualquier comida, mientras que otros prefieren agregarla en una salsa o cocinarla con frijoles. Tu espíritu de estacionero para encontrar sabores únicos y saludables no puede pasar de largo para degustar la pipicha acompañada de una cecina atlixquense o un guacamole fresco.

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